Por fín... esta vez no se nos resistió el pico Ballaitus, mucha nieve y demasiado blanda nos hizo abandonar la posibilidad de subir por Frondiellas o bajar por la Gran Diagonal, pero disfrutamos del día Angel, Paco, Fran, Sergio y yo. La subida se la dedicamos al nuevo miembro de la familia, Elsa.
Por fin, y antes de que seamos más en la familia, aprovechamos que las tardes son largas y nos fuimos el Mois y yo para la Cabrera. Esta vez ya tocaba el Manolín. Manga corta y a la sombrita. Perfecto. Todo el mérito, claro, para Mois que se zampó los seis largos de primero sin pestañear ( con estribo incluido para mí en el pasito del último largo y una casi una marca para el verano al jefe curtido que se fumaba el cigarito en la reu de al lado con el casco quitado cuando se nos cayó una express no se sabe de dónde...). Por cierto, las fotos muy sosas...